Carillas

Las carillas de cerámica pueden mejorar muchas imperfecciones de los dientes incluyendo cambio de color, manchas, decoloraciones, defectos del esmalte, cambio de forma, longitud, posición, proporciones etc. A diferencia de las coronas, las carillas de cerámica no cubren todo el diente. Sólo recubren la parte externa (visible), dando un aspecto más bonito a cada diente.

Hoy en día, en la mayor parte de los casos, podemos realizar carillas de cerámica con mínima preparación (0,2-0,3mm) en la cara externa del esmalte, o incluso, en algunos casos, sin preparación. Con lo cual no se daña apenas el diente. Si algún día retiráramos las carillas, se verían los dientes con el mismo aspecto que tenían originalmente. En aquellos casos en que los dientes se encuentren muy desplazados de su posición ideal, en vez de desgastar los dientes para corregir su aspecto, es preferible llevar a cabo primero un tratamiento de ortodoncia invisible rápida, para colocarlos en su lugar y así no tener que realizarles apenas ninguna preparación.

Si. Las carillas cerámicas elaboradas por expertos ceramistas tienen un aspecto muy natural y muy bonito. Jugando con los grados de translucidez, opalescencia, gradientes de color, etc. se pueden conseguir resultados extraordinarios. El objetivo es que nadie se dé cuenta de que llevas carillas. Simplemente queremos que te digan que tienes una sonrisa muy bonita.

En primer lugar se toman registros como fotografías o modelos 3D de tus dientes, con los que se diseña tu sonrisa ideal, con dientes que tengan la posición, color y proporciones ideales. Basados en este estudio se elabora un prototipo 3D con el que realizamos una prueba estética para comprobar que nos guste cómo te queda el diseño de tu nueva sonrisa antes de empezar el tratamiento. En este punto podemos llevar a cabo cualquier modificación que creamos conveniente. Una vez aprobado, pasamos a realizar las carillas de cerámica. Son necesarias 2 visitas. En la primera se realizan las preparaciones de los dientes que sean imprescindibles y se toman los modelos digitales. Este procedimiento no es molesto ni suele requerir anestesia. En una segunda visita, se prueban las carillas y si nos gusta como quedan se adhieren a los dientes de forma permanente. La unión de las carillas con el esmalte es extraordinariamente fuerte y te permite llevar una vida totalmente normal (cepillar, comer, etc.).

En la mayor parte de los casos, los dientes no se preparan, o se preparan muy poco (0,2-0,3 mm) y sólo en la cara externa de los dientes, lo que resulta casi imperceptible. Este proceso no suele requerir anestesia y no produce ninguna molestia. Esta mínima preparación apenas altera la forma de tus dientes, pero nos permite obtener un resultado mucho más perfecto y natural.

Las carillas de cerámica son muy resistentes a los ataques químicos. Se tiñen o se desgastan menos que el propio esmalte natural de los dientes y no pierden el brillo con los años. Por eso suelen durar muchos años, incluso varias décadas, sin verse alteradas. Por supuesto, que su duración depende también en gran medida del cuidado, higiene oral y revisiones de mantenimientos que realice cada paciente.

Las carillas de cerámica nunca se tiñen, sin embargo, debes seguir utilizando los mismos procedimientos de higiene y mantenimiento que utilizabas con tus dientes antes de tener las carillas.

Este es un factor que será analizado con tu dentista en la evaluación y diseño de la sonrisa para que las carillas sean del mismo color que el resto de dientes. La mayoría de pacientes suelen decidir realizarse un blanqueamiento en los dientes inferiores para conseguir un color igualado y asegurar un mejor resultado final.

La sensación al tacto con la lengua o los labios es muy similar a la que se siente con los dientes naturales. En el primer momento puede sorprenderte tu nuevo aspecto. Te gustará pero te parecerá un poco chocante porque cambiará el aspecto al que te habías habituado. A los pocos días ya te habrás acostumbrado y te encantará tu nueva sonrisa.

Los primeros 5-7 días cebes comer con un poco de precaución para dar tiempo al cerebro a acostumbrarse a la nueva forma. Después de este período inicial no hay ninguna limitación dentro del sentido común.

Si, puedes llevar una vida completamente normal, comer de todo y emplear todos los hábitos de higiene recomendables (cepillado, hilo dental, cepillos interproximales, colutorios, etc.).